Eneagrama en griego significa el gráfico de las 9 líneas y en geometría sagrada simboliza una estrella de nueve puntas. El símbolo está compuesto por tres figuras, un círculo, un triángulo y una hexada. Cada una de esas figuras representa ciertas leyes universales.

 

Círculo: representa la Ley de Uno

“La Realidad Toda es Una”

Es el infinito, la totalidad, lo integral, la unidad y la completitud.

 

Triángulo: representa la Ley de Tres

“Todo evento que iniciemos implica la interacción de tres fuerzas”

En todo lo manifestado intervienen 3 fuerzas: Negación – Afirmación – Reconciliación.

 

 

Todo suceso se inicia con una fuerza impulsora que nos mueve a la acción (como iniciar este viaje introspectivo), no obstante otra fuerza aparecerá de forma opuesta en forma de dificultades, resistencias y obstáculos (todo esto desafiará tu viaje). La tercera fuerza tiene que ver con el resultado que se producirá de las fuerzas anteriores. 

 

Cada vez que aparece la dualidad y nos enfrentamos a dos fuerzas opuestas, en vez de movernos de un extremo a otro nuestro desafío tiene que ver con buscar el equilibrio. Como se dice en la práctica budista, la invitación es a ir por el Camino del Medio, salir del extremismo y trascender y reconciliar la dualidad.

 

Hexada: representa la Ley de Siete

“Todo en el Universo está en constante cambio, evolución y movimiento”

Todo es dinámico y tiende a transformarse continuamente siguiendo un proceso. 

 

Veamos las 3 Leyes Universales del Eneagrama en el proceso de identificación del Eneatipo.

 

Ley del 1: la primera invitación es a reconocer que somos parte del todo, que no somos un ego. Tenemos un ego como parte de nuestras defensas básicas. Desde este lugar, lingüísticamente es incorrecto decir “Soy Eneatipo 1”, porque el eneatipo es nuestra máscara. La Ley de la unidad nos invita a la observación neutral y a la elevación de la conciencia. Es fundamental en todo proceso de introspección, tiene que ver con nuestro DESPERTAR.

 

Ley del 3: hay 3 aspectos que están en juego en nuestro proceso de identificación, lo que vemos en nosotros, lo que no vemos y lo que nos abrimos a reconocer en el proceso. ¿Cómo es tu ego? ¿Cómo no es? ¿Qué más puedes descubrir, que no estás viendo?

 

Ley del 7: todo está en movimiento. Cambia nuestro nivel de observación y consciencia, de la misma forma en la que también están en movimiento nuestras defensas y autoengaño. Sostener en el tiempo la auto-observación nos permitirá comprender que hay momentos en los que avanzaremos con más libertad, otros momentos en los que nos sentiremos agobiados, otros en los que creeremos que no tiene sentido continuar. Todo esto es parte de mantenernos en movimiento. Si “volvemos al UNO” y nos enfocamos en ser el OBSERVADOR de la escena, podremos a la larga, evolucionar.

 

¿Qué significa para tí volver al UNO?